El Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria ha condenado a cuatro meses de prisión y 120 euros de multa por desobediencia a la autoridad y amenazas a un vecino de la capital grancanaria que desobedeció la orden de confinamiento por el coronavirus y amenazó con cortarle el cuello al empleado de la gasolinera que le atendía.